¡Qué grande es ser pequeño!
Ilustraciones de Laura Esteban
Burgos, 2011
ISBN 978-84-614-8256-6
Referencias:
La infancia debe ser divertida: los niños han de hacer travesuras; tienen que soñar despiertos; imaginarse mundos, visitar planetas; construir cabañas, muñecos de nieve, castillos de arena; ignorar lo que es el tiempo; jugar a todos los juegos; recibir caprichos, caricias, mimos; enamoriscarse incluso; columpiarse, claro. Y volar. ¡Qué grande es ser pequeño! Sí, qué grande es ser pequeño: lo saben la escritora María Jesús Jabato y la ilustradora Laura Esteban, que han vuelto a poner el foco de su talento sobre los niños en un libro titulado de tan ingeniosa manera. ¡Qué grande es ser pequeño!.
R.P.B.
Diario de Burgos 11/06/11
¡Qué grande es ser pequeño! es una canción infantil de color fresa chicle, es un mullido colchón relleno de jamones dulces, es un tobogán con una sonrisa sin fin, es un corro de las patatas gigante, es un pastel relleno de sueños y piruletas… ¡Qué grande es ser pequeño! es el paraíso reencontrado, o el que nunca se fue, de la escritora María Jesús Jabato y la ilustradora Laura Esteban.
[…] La escritora reconoce en estos versos su voz más gamberra, muy alejada de la más seria de sus anteriores libros de poesía infantil en los que no ha tenido reparos en tratar los temas más crudos de esta etapa como la muerte de un abuelo (Tan alto como la luna), la enfermedad del alzheimer (Domingo de pipiripingo) o el autismo (El silencio de Camilo).
A.S.R..
Correo de Burgos 15/06/11
[…] María Jesús Jabato conoce el alma infantil como ha demostrado en libros anteriores, con protagonistas que presentan diversas discapacidades, pero también con protagonistas sanos y frescos. Sano y fresco es el niño en cuya boca, en cuya pluma, se ponen los 28 poemas que componen ¡Qué grande es ser pequeño!, un título paradójico pero de altos vuelos. En él tenemos versificadas las mil y una actividades de un niño entre 4 y 7 años cuando está a punto de hacerse mayor pero todavía tiene que superar algunos aspectos negativos (como el miedo que lo invita a colarse en la cama de sus padres, o el llanto sin por qué) y a afirmar los positivos (amor, risa sin venir a cuento, etc)
Los poemas presentan un título que conlleva una afirmación y un apartado de cuestionamiento: “Escribo poemas” (es dificilillo); Me columpio (es parecido a volar), una especie de apostilla que cuestiona lo apuntado. Son poemas breves, casi siempre aconsonantados, donde se habla de las cosas de los niños: mascotas, bromas, juguetes, helados, muñecos de nieve, cuentos, primer amor y primer desamor, la rotura de un brazo, la música, etc. El mejor es, sin duda, “Pregunto, pregunto, pregunto (aunque a veces no me contestan)” con la inocente cuestión que el chico plantea a sus padres: ¿De dónde venimos?
Un poemario inteligente y pleno de aciertos que compagina a la perfección con las ilustraciones de Laura Esteban.
A. Gómez Yebra
Diario Sur Málaga 16/10/10